La Cruz del Diablo, de Gustavo Bécquer

Articulo realizado por Eleonor Nolan,
9 de Febrero, 2023.

Study of a sixteenth-century half suit of armor, por Richard Parkes Bonington. Recuperado de https://artvee.com/dl/study-of-a-sixteenth-century-half-suit-of-armor/
Study of a sixteenth-century half suit of armor, por Richard Parkes Bonington. Recuperado de https://artvee.com/dl/study-of-a-sixteenth-century-half-suit-of-armor/

Género: Leyenda

Sinopsis:

Un poderoso aristócrata ejerce su dominio sobre el poblado de Bellver y sus alrededores mientras los moros aún ocupan parte del territorio español. Este acaudalado barón es conocido como el señor del Segre, pues su castillo se ubica en un peñasco a orillas de aquel río. No satisfecho con aterrorizar a sus feudos, y despertar el repudio de sus pares, quienes jamás lo han admitido en sus reuniones, entrega un día sus tierras a sus vasallos, a alto precio, y abandona la comarca para unirse a los cristianos en su peregrinación para recuperar el Santo Sepulcro, el cual se encuentra en manos de aquellos a quienes los Reyes Católicos expulsarán dos siglos más tarde de la península Ibérica.

Para sorpresa de todos, transcurridos tres años de estos hechos, el noble caballero regresa a Bellver con la intención de reclamar sus derechos sobre sus antiguas posesiones. Los pueblos de la región se relevan ante estas exigencias, y una batalla se desata entre los aldeanos y el señor del Segre. Los primeros se encomiendan a la Divina Providencia, mientras que el segundo, acompañado de sus secuaces, se encomienda al diablo.

Los pueblerinos resultan vencedores en esta sangrienta contienda. La paz y la tranquilidad retornan así a la comarca. No obstante, poco tiempo después, ciertos eventos comienzan a preocupar a la población. Asesinatos y saqueos tienen lugar a cualquiera hora del día en el bosque, los valles, y la llanura de Bellver. Un séquito de malhechores, guarecidos en los sótanos del castillo del difunto barón, son los responsables de tales crímenes. Su capitán, resulta ser un espíritu que, habiendo usurpado las viejas y abandonadas armas del difunto feudal, se vistiese con ellas y se negase a quitárselas, escurriéndose fácilmente cada vez que se lo intenta apresar.

Estructura narrativa:

En una primer instancia, la narración es relatada por un joven viajero quien, habiendo llegado al final de su viaje, y tras encontrar una vieja y oxidada cruz de metal en medio de un descampado, se santigua y procede a arrodillarse para elevar una oración a Dios.

…comencé a buscar en el fondo de mi memoria una de aquellas oraciones que me enseñaron cuando niño; una de aquellas oraciones que, cuando más tarde se escapan involuntarias de nuestros labios parece que aligeran el pecho oprimido y, semejantes a las lágrimas, alivian el dolor, que también torna estas formas para evaporarse.

(La cruz del diablo, de Gustavo Adolfo Bécquer; Leyendas, Terramar Ediciones, año 2011; página 18).

Al ver al joven inmerso en tal fervor religioso, uno de los guías de aquella expedición lo arrastra en contra de su voluntad de aquel lugar maldito.

—¡Por la memoria de su madre! ¡Por lo más sagrado que tenga en el mundo, señorito, cúbrase usted la cabeza y aléjese más que deprisa de esta cruz! ¡Tan desesperado está usted que, no bastándole la ayuda de Dios, recurre a la del demonio!

(La cruz del diablo, de Gustavo Adolfo Bécquer; Leyendas, Terramar Ediciones, año 2011; página 18).

El Capítulo I concluye con estos hechos. El siguiente capítulo, por otro lado, comienza con unas pocas palabras del muchacho, luego de lo cual el guía comienza a contar la historia de esa extraña pieza de metal.

Las llamas rojas y azules se enroscaban chisporroteando a lo largo del grueso tronco de encina que ardía en el ancho hogar; nuestras sombras, que se proyectaban temblando sobre los ennegrecidos muros, se empequeñecían o tomaban formas gigantescas, según la hoguera despedía resplandores más o menos brillantes; el vaso de saúco, ora vacío, ora lleno, y no de agua como cangilón de noria había dado tres veces la vuelta en derredor del círculo que formábamos junto al fuego.

(La cruz del diablo, de Gustavo Adolfo Bécquer; Leyendas, Terramar Ediciones, año 2011; página 19).

La leyenda de Bécquer finaliza en la voz de este personaje. Por lo demás, el relato consta únicamente de estos dos capítulos, siendo el primero la introducción, y el segundo el nudo y el desenlace.

Construcción del discurso:

Aclaraciones:
Los elementos que hemos denominado “constitutivos”  hacen referencia a la esencia de la obra del escritor español, en tanto que los “anecdóticos” a duras penas contribuyen a enriquecer el relato. Al respecto de estos últimos, es preciso realizar algunos comentarios.
Tras la muerte del señor del Segre, Bécquer pone el foco de atención en un curioso fenómeno que tiene lugar en el castillo del barón. Nos estamos refiriendo a las misteriosas luces que en el lapso de un mes iluminan el palacio durante tres o cuatro noches; poco después de este suceso, comienzan los saqueos en las tierras lindantes. Es más que evidente la intención del autor de establecer una relación causa-consecuencia entre uno y otro acontecimiento. Sin embargo, es escasa la importancia del primero pues nunca se esclarece su naturaleza.
Otro evento que pierde relevancia es el conjuro mediante el cual los feudos logran, una y otra vez, apresar al espíritu que se ha adueñando de las armas del señor del Segre. Tal es la cantidad de veces que se reitera esta acción, y tan escasa su eficacia, que resulta irrelevante su incorporación a la narración. Por otro lado, los detalles sobre dicho ritual son exiguos, lo cual contribuye a que el lector haga caso omiso de éste.
Igualmente de poca trascendencia, son las acciones legales contra la diabólica entidad. Esta escena ha sido pensada para generar una sensación de tensión e incertidumbre en el lector y, no obstante, lejos está el escritor de conseguir este propósito.
Para concluir, también son inconsecuentes varios personajes secundarios cuya participación está limitada a unas pocas líneas, o a una breve descripción de sus actos. Su mención ayuda a situar al lector en el momento histórico en el que se desarrolla la narración.

Crítica:

A pesar de que “La Cruz del Diablo”, de Gustavo Adolfo Bécquer, ostenta gran cantidad de elementos literarios, proporciona pocos detalles sobre los personajes (tanto al respecto de su apariencia física como de su psicología), y no aporta muchos más detalles sobre los hechos que se suceden a lo largo de la historia. Así, el relato es especialmente breve ya que su autor ha decidido no desarrollar en mayor profundidad ningún aspecto del mismo. En consecuencia, la narración no logra captar la atención del lector.

Observaciones finales:

Impreso en 1860 en La Crónica de Ambos Mundos, revista madrileña, fue una de las primeras leyendas de Bécquer en ser publicada por entregas. Aún así, se desconoce la fecha en la cual fue escrita, pudiendo haber sido con anterioridad a su publicación. Por ello, es difícil determinar si ciertas características del argumento estuvieron condicionadas por la inexperiencia de un escritor novato o por otras circunstancias.

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