Reseña elaborada por Eleonor Nolan,
29 de Septiembre, 2022.

Sinopsis:
En el café parisino Chez Francis, situado en la Plaza del Alma, el Presidente de una Asociación Anónima, el Corredor de Bolsa de dicha asociación, el Prospector de París y el Barón de Tomard, se reúnen para idear la manera más adecuada para realizar una excavación, sin levantar sospechas, en el subsuelo de la ciudad y expropiar el petróleo que según sus conjeturas se encuentra en los cimientos. Pero los acontecimientos no devienen según lo planeado. Uno de sus emisarios, encargado de asesinar al único enemigo que se interpone en sus planes, fracasa en su misión y revela las siniestras intenciones de sus jefes a la Loca de Chaillot. La mujer, una dama de mediana edad en plena decadencia, es informada de la veracidad de estos dichos por los artistas callejeros, los vendedores ambulantes y los mendigos que frecuentan el café Chez Francis. La Loca de Chaillot decide tomar cartas en el asunto y convocar a sus amigas más íntimas a una entrevista con carácter de urgencia en el sótano de su departamento. Tras la misma, se celebra un juicio en secreto, con ausencia de los acusados, en el cual se condena a muerte a los Presidentes de todas las asociaciones existentes, los Corredores de Bolsa, los Prospectores, los Barones, y demás socios de unos y otros en un desesperado intento por evitar la destrucción de Paris.
Análisis de la obra:
Una copa de Oporto; confidencias entre estafadores
Sentados a la mesa, y ensimismados en sus intereses personales, por un pacto de lealtad los cuatro hombres desvelan sus peores fechorías brindando datos precisos de sus crímenes.
▪Barón de Tomard
Ha dedicado la mayor parte de su vida a la lujuria, vendiendo cada una de sus propiedades para sostener el tren de vida de cada una de sus amantes.
A medida que el nombre del lugar era más francés, el nombre femenino tornábase más exótico. Mi última propiedad fue Frotteau y mi último nombre, Anouchka.
La Loca de Chaillot, de Giraudoux; Biblioteca Básica Universal, Centro Editor de América Latina, año 1970; página 8 y 9.
En una ocasión extorsionó a una de estas mujeres a causa de unas cartas comprometedoras que guardaba junto a su propia correspondencia. La muchacha, incapaz de pagar lo estipulado para recuperar las mismas, se disparó en la frente el jueves 3 de mayo de 1927. No obstante, la joven “no murió, solamente quedó ciega” (página 19 y 20).
▪El Presidente
Desde su juventud se involucró en cualquier oficio que le permitiese subsistir; mientras más deshonesto, mejor: ya estableciendo una biblioteca pornográfica en el pensionado en el que vivía; ya trasladando los cadáveres de los perros al cementerio de animales como parte de sus funciones como recadero del diario “La Fronde”; ya como portador de equipajes de Sarah Bernhardt; ya como mecánico de bicicletas para el ciclista Jaqueline. Su suerte tomó un rumbo prometedor el día que comenzó a vincularse con sujetos de dudosa reputación; individuos sin ocupación alguna, que dedicaban las horas del día a fumar, beber o entregarse al libertinaje.
Mis contactos con la gloria me dejaron hambriento, humillado y andrajoso, por lo que me dirigí hacia esos rostros inexpresivos y sin nombre que había observado en medio de la muchedumbre, en disimulado acecho (…); cada una de estas máscaras sin vida, sacudidas por tics nerviosos, agujereadas por la viruela.
La Loca de Chaillot, de Giraudoux; Biblioteca Básica Universal, Centro Editor de América Latina, año 1970; página 7.
El Presidente fue el responsable de la desaparición del buque “Santa Bárbara” luego de haber asegurado el mismo por el triple de su valor.
▪El Corredor de Bolsa
Conmovido por el amor que su madre sentía por él, consagró su vida a complacer a esta mujer. Día y noche trabajó arduamente para conseguir la cantidad de dinero necesaria para obsequiarle corsés, tabaqueras, alhajas y piedras preciosas. A los quince años se apropió de un portafolio encontrado en la calle; a los dieciocho, posó desnudo para una película pornográfica; luego, se dedicó a expulsar locatarios por pedido del ujier de Charonne; más tarde, fue contratado por un comisionista quién lo envío a Buenos Aires para expulsar a las familias italianas que residían en un bloc; después, se dedicó al secuestro de trigo; por último, se convirtió en comisionista siguiendo el ejemplo de su jefe. En el año 1932, fue tesorero, y a su vez depositario de los “bonos y socorros para los damnificados por las inundaciones del Mediodía” por un lapso de veinticuatro horas, adueñándose de una gran suma de dinero para comprarle a su madre un regalo de cumpleaños.
Mi madre vive todavía; el abuso de las grasas y del Benedictine le suprime lentamente la conciencia, pero todos los 17 de abril me reconoce y me tiende, para recibir un nuevo regalo, su mano sobrecargada de brazaletes y anillos que espero no tener que arrancarle —¡querida madre!— hasta un día aún lejano…
La Loca de Chaillot, de Giraudoux; Biblioteca Básica Universal, Centro Editor de América Latina, año 1970; página 25.
▪El Prospector
Ocultando su verdadera identidad, se dirigió a Malasia donde se dedicó al contrabando de cuernos de rinoceronte. Luego, viendo su vida en peligro al ser descubierto por la policía, se refugió en Sumatra donde entabló amistad con el jefe de una tribu y acabó desposando a la hija de éste. Su entonces esposa le reveló la ubicación de una fuente petrolífera considerada sagrada, cuyo acceso estaba prohibido para hombres de raza blanca. Con esta información, tras haber localizado la mina, enseñó la misma a los miembros de más alta jerarquía de la Compañía Lloyd quienes le ofrecieron empleo como especialista en el estudio del subsuelo para el descubrimiento de yacimientos de petróleo. Su esposa, a causa de la traición cometida, murió apedreada. Desde entonces, ha trabajado en el área de explotación petrolífera.
Confieso que me desoriento. Por todas partes, en estos barrios donde distingo los efluvios del betún de hierro, del platino, un efluvio más fuerte se desprende de las generaciones muertas, de los apasionados vivos, y disipa el otro o lo enturbia. Doquier la aventura humana se divierte en confundirme a costa de la aventura mineral…
La Loca de Chaillot, de Giraudoux; Biblioteca Básica Universal, Centro Editor de América Latina, año 1970; página 18.
Una velada demencial; diálogos entre locos cuerdos
Por la tarde, la Loca de Chaillot se reúne con Gabriela y Constanza en el sótano donde el dueño del edificio le ha permitido dormir la siesta todos los días. Josefina se une a ellas más tarde
▪Constanza, la loca de Passy
Considerada una de las locas de París, hace honor a su reputación por su personalidad extravagante.
a) Dicky, el perro imaginario
Tras la muerte de su querida mascota, Constanza embalsamó al pobre can, convirtiéndose así en parte del decorado de su dormitorio. Luego, reemplazó la compañía de Dicky con la evocación de su forma animal correspondiente a los días en los que aún vivía. Dicky, como ilusión de los sentidos de percepción de su dueña, se comporta con la misma inquietud que siempre lo caracterizó; ladrando constantemente y subiéndose a las rodillas de Aurelia y Gabriela cada vez que se encuentra cerca de una u otra. A menudo, Constanza deja a Dicky en su casa, fingiendo haberlo traído consigo a las reuniones de sus amigas.
¡Si yo soy infernal, tú eres cruel! ¡Crees que yo no sé la verdad sobre Dicky! ¿Crees que preferiría tenerlo bien vivo y bullicioso? Tú tienes a Adolfo. Gabriela tiene a sus pájaros. Yo no tengo más que a Dicky. ¿Crees que me haría así la idiota si el mantenerlo en el pensamiento alrededor de nosotros no fuera la condición para que de vez en cuando vuelva realmente? La próxima vez no lo traeré más.
La Loca de Chaillot, de Giraudoux; Biblioteca Básica Universal, Centro Editor de América Latina, año 1970; página 55.
b) Tres maullidos
Para entrar al cuarto de Constanza es necesario maullar tres veces antes de que la susodicha se decida a abrir, de lo contrario la puerta permanece cerrada; no vaya a ser que unos ladrones o asesinos estén intentando engañarla para robar sus pertenencias.
Aurelia: … Entre paréntesis, resultamos muy divertidas, Gabriela y yo, imitando el gatazo ante tu puerta cuando vamos a visitarte.
La Loca de Chaillot, de Giraudoux; Biblioteca Básica Universal, Centro Editor de América Latina, año 1970; página 60.
Constanza: No tenéis más que dejar de maullar las dos juntas. ¡Hacéis un ruido terrible!
▪Gabriela, la loca de San Suplicio
Más sosegada que Constanza en cuanto a su carácter, también presenta unas costumbres un tanto curiosas.
a) Las voces de la máquina de coser, y del calentador
Los objetos de la casa de Gabriela tienen la peculiaridad de hablar de vez en cuando. Suelen turnarse para hacerlo, expresándose de forma espontánea o según las preguntas que Gabriela les dirige. Durante varios meses las voces han hablado estando ocultas en la máquina de coser; Gabriela logró convencer a las mismas para que se trasladasen al calentador.
Aurelia: ¿De dónde salen, en este momento, tus voces? ¿Siempre de la máquina de coser?
La Loca de Chaillot, de Giraudoux; Biblioteca Básica Universal, Centro Editor de América Latina, año 1970; página 62.
Gabriela: De mi calentador. Me gusta más. No tengo que deshacer el forro para recogerlo de nuevo. Y no son muy alentadoras por el momento. Ayer me repetían que soltara mis canarios. Suéltalos. Y, está mañana, lo que decían no estaba desconectado con las confidencias de Aurelia: ¡París… Angustia!… ¡Paris… Angustia!
b) El invitado misterioso
Gabriela sufre, al igual que Constanza, de alucinaciones. De tanto en tanto, un ente imaginario aparece repentinamente en las casas de sus amigas cuando va a visitarlas.
¡Oh, Gabriela tiene todos sus derechos! Gabriela tiene el derecho, desde hace quince días, de pretender traer a nuestras reuniones una especie de invitado del cual no nos ha dicho ni siquiera su nombre, y que, seguramente, no existe más que en su imaginación.
La Loca de Chaillot, de Giraudoux; Biblioteca Básica Universal, Centro Editor de América Latina, año 1970; página 54.
▪Aurelia, la loca de Chaillot
Es la más estrafalaria en su forma de vestir y de pensar. Dos son sus temas recurrentes de conversación.
a) La boa de tres metros de largo con plumas doradas
Cinco años atrás, Aurelia perdió esta prenda en el café Chez Francis. Aún no la ha recuperado pese a sus intentos por encontrar la misma. El recadero del café no ha sabido dar respuesta a sus reclamos. Aurelia insiste en que la boa le ha sido robada. Aún así, confía en que un día la misma volverá a sus manos.
b) Adolfo Bertaut
Fue su amante durante su juventud. En su época, se trataba de “el hombre más guapo de París”. Aurelia le amaba profundamente, más Adolfo acabó abandonándola por otra mujer. Todavía Aurelia le aguarda, con la esperanza de que a su regreso le declare su amor.
Nunca más doble por la esquina de la calle Bizet porque la había pasado tomada de tu brazo, la noche que regresábamos de “Denise”. Doy la vuelta por la plaza de los Estados Unidos. Es duro, en invierno, por la nieve. Siempre caigo una o dos veces.
La Loca de Chaillot, de Giraudoux; Biblioteca Básica Universal, Centro Editor de América Latina, año 1970; página 83.
▪Josefina, la loca la Concordia
Más razonable que Gabriela y Constanza, y en la misma medida que Aurelia, su única rareza es ver el fantasma de Caserio caminando frente a Marigny todos los lunes. Recordemos, sólo por curiosidad, que Caserio fue el responsable de la muerte de Carnot, fallecido en Lyon en junio de 1893. Para ser justos, cabe mencionar que a Josefina le importa poco el fantasma de Caserio, ya que es el de Carnot al que espera ver salir de su tumba en cualquier momento.
Las manos entrelazadas de una fregona y un ahogado
Un minuto… (Limpia el espejo, se mira, se hermosea. El prospector ha intentado acercarse nuevamente; pero el ojo de buitre de la Loca lo hace desistir.) ¡Oh, abre los ojos! (Pedro ha abierto los ojos y contempla con asombro a Irma, quien le tiende las manos. Vuelve a cerrarlos, extenuado. La Loca se levanta y va a sentarse en el lugar de Irma, a la que llamaron desde el interior del café. Toma, como Irma, las manos de Pedro. Pedro se incorpora de golpe pero en lugar de la joven que busca con la mirada ve a la Loca de Chaillot adornada con su iris gigante.)
La Loca de Chaillot, de Giraudoux; Biblioteca Básica Universal, Centro Editor de América Latina, año 1970; página 29.
Irma, personal de limpieza del café Chez Francis, presencia una curiosa escena mientras pasa un trapo a la vajilla, mesas, piso, escusado, etc.: el salvavidas ingresa al local cargando sobre su espalda a un joven a quien ha desmayado a golpes para evitar que se arrojase al río Sena. Irma queda fascinada por la belleza del muchacho. La Loca de Chaillot, por su parte, acapara la atención del suicida cuando éste recobra el conocimiento.
Pedro, el ahogado terrestre, queda perplejo ante la aparición de tan extraña dama. Desea marcharse, ¡desea matarse!. Sin embargo, pronto se conmueve al escuchar a la señora relatar los pormenores de sus quehaceres y costumbres cotidianas a los clientes del café. El ahogado se enamora de la Loca de Chaillot.
La Loca se duerme e Irma sale en puntas de pie. Pedro entra llevando la boa en el brazo. Contempla a La Loca con emoción, se arrodilla ante ella y le toma las manos.
La Loca de Chaillot, de Giraudoux; Biblioteca Básica Universal, Centro Editor de América Latina, año 1970; página 81.
La Loca de Chaillot, al corriente de los sentimientos que la fregona profesa por el joven, oficia de casamentera.
Irma y Pedro: ¿Qué nos abracemos?
La Loca de Chaillot, de Giraudoux; Biblioteca Básica Universal, Centro Editor de América Latina, año 1970; página 93.
Aurelia: Hace tres horas que os conocéis, y os gustaría, y os amáis. Abrazos en seguida, si no será demasiado tarde.
Pedro: Señora…
Aurelia: Verlo cómo ya duda ante la felicidad, como todos los de su sexo. Abrázalo, Irma. Si dos seres que se aman dejan un solo minuto interponerse entre ellos, ese minuto se transforma en meses, años, siglos. Obligarlos a abrazos, vosotros, si no en poco tiempo ella será la Loma del Alma y a él le crecerá una barba blanca…
Así, Irma y Pedro, establecen un noviazgo formal.
Mendigos, Comerciantes, y Artistas. La Pintoresca Comparsa de las calles de Chaillot
En el primer acto, varios personajes de poca monta se suceden unos a otros: ya el trapero, quien se agacha a recoger un billete que alguien ha dejado caer; ya el sordomudo, quien hace su aparición en el café Chez Francis colocando envoltorios vacíos sobre las mesas para que los clientes depositen en ellos su limosna; ya el vendedor de cordones, quien ofrece un par al Barón de Tomard; ya el malabarista, quien juega con bolas de fuego en medio del salón; ya el cantor del barrio, quien sólo sabe los versos iniciales de “La Bella Polonesa”; ya el buhonero, quien por su parte recuerda algunos versos de una mazurca; ya un viejecito borracho que importuna a la clientela. Discretamente, cada uno de ellos se aproxima a la mesa donde el Presidente, el Barón, el Corredor de Bolsa y el Prospector están sosteniendo un enconado debate, y en secreto se detienen a escuchar su conversación. El Presidente estalla de cólera ante la presencia de tan curiosos personajes, incluida la Loca de Chaillot.
Estos espectros de carne y hueso de la libertad, de aquellos que no saben las canciones que tienen que cantar, de oradores que resultan sordomudos, de pantalones desgarrados en las nalgas, de flores que no son flores, de timbres de comedor que salen de los escotes (…) Y si no… ¡ved esa loca! El camarero la instala con la mayor cortesía y sin que ella vaya a efectuar ninguna consumición, en el mejor lugar de la terraza. Y la florista le ofrece gratis un iris gigante, que se coloca en el ojal de su bata… E Irma corre.
La Loca de Chaillot, de Giraudoux; Biblioteca Básica Universal, Centro Editor de América Latina, año 1970; página 22.
Entre los eventos en los que intervienen estos actores, se destacan los siguientes:
1) Asamblea y alegato contra los malhechores
A pedido de Josefina, Constanza y Gabriela, el trapero se presta a representar el papel del Presidente de la Unión Bancaria del Subsuelo Parisiense en el juicio que se llevará a cabo para dictar condena de muerte al acusado y a sus cómplices. El resto de los integrantes de la comparsa, presentes en la audiencia, participan del interrogatorio.
El Trapero: Los pobres son responsables de su pobreza. ¡Que sufran las consecuencias! ¡Pero no los ricos de su riqueza!
La Loca de Chaillot, de Giraudoux; Biblioteca Básica Universal, Centro Editor de América Latina, año 1970; página 72 y 73.
Aurelia: Muy bien, continúe. Un poco más, y será perfectamente innoble… Y si usted se avergüenza de ese dinero, presidente, ¿por qué lo guarda?
El Trapero: ¿Lo guardo?
El Malabarista: ¡Y cómo! No eres tan manirroto como para dar diez centavos al sordomudo.
Unos y otros hacen severas recriminaciones, y presentan diversos testimonios y acusaciones para que el convicto confiese sus fechorías.
2) Celebración tras el fin del proceso judicial
Tras la sentencia del tribunal, la Loca de Chaillot le pide apresuradamente al Cantor que cante los dos versos que conoce de «La Bella Polonesa».
Aurelia: ¡Tiene razón!… Constanza (Dirigiéndose al cantor.) ¡Usted, cante! (Constanza se detiene)
La Loca de Chaillot, de Giraudoux; Biblioteca Básica Universal, Centro Editor de América Latina, año 1970; página 79 y 80.
El Cantor: ¿Qué cante?
Aurelia: Y dese prisa. Mi tiempo es precioso.
El Cantor: A sus órdenes, condesa. (Canta)
Entendes-tu la signial
de l’orchestre infernal?
Constanza: Pero si es “La Bella Polonesa”. (Canta)
Belle, permits que j’enlace
avec grace
(Bella, ¡permite que enlace
con gracia
llena de audacia!…)
El Cantor: ¡Estoy salvado!
Al oír cantar a Constanza, inmediatamente reaparece Josefina quien continua con los versos siguientes, al cabo de lo cual vuelve a ingresar Gabriela a la habitación y se une a sus dos amigas y al Cantor para entonar el estribillo.
Crítica:
En las primeras páginas de la obra literaria, se presenta a los lectores a los empresarios que se encuentran reunidos en el café Chez Francis, y a los personajes secundarios que suelen merodear el local. Entre esta chusma se encuentra la mismísima Loca de Chaillot. La susodicha está lejos de ser considerada, en un comienzo, un personaje trascendental para la trama de la pieza teatral. Sin embargo, la mujer en cuestión es, ni más ni menos, la protagonista de esta comedia en dos actos.
Conforme se suceden los párrafos, la Loca de Chaillot pierde su reputación de dama chiflada para convertirse en un personaje mesurado y reflexivo. En ella recae la responsabilidad de deshacerse de los delincuentes que acechan París. Más, con este cambio en su caracterización, se diluyen sus atributos más pintorescos y otros personajes comienzan a cobrar mayor relevancia por sus constantes disparates. Al concluir la obra, la Loca de Chaillot, contradictoriamente, no es más que una figura insustancial.
Existe, además, un desequilibrio en la construcción de la identidad de los criminales, tales como el Presidente de la Unión Bancaria del Subsuelo Parisiense, el Barón de Tomard, etc., cuando se la compara con el resto de los actores de la pieza teatral. Giraudoux brinda, con respecto a los primeros, una serie de detalles sobre su psicología que resultan irrelevantes pues nunca más vuelven a aparecer en escena tras descubrirse el asunto que éstos traen entre manos. Para comprender la razón por la cual el autor ha procedido de esta manera, es necesario rescatar dos conceptos de la obra que se contraponen; el bien y el mal, lo bello y lo feo. La Loca de Chaillot representa la ética y la moral. Los maleantes, en cambio, simbolizan la injusticia y la desgracia. Para enfatizar estas ideas, Giradoux ahonda en la historia personal de estos últimos, dejando así en claro que existe una fuerza maligna que combatir. Cuando Giradoux ha logrado plantear este escenario, sólo involucra a aquellos personajes que deben apaciguar el ánimo social.
Conclusión:
Entretenida, impredecible e hilarante, “La Loca de Chaillot” cautiva a los lectores por sus excéntricos personajes y sus peculiares escenas. Con un estilo único, es una pieza que trasciende la escritura de su época y refresca el género teatral.
Calificación: 9/10 plumas
