Artículo elaborado por Eleonor Nolan,
29 de Abril, 2020.

Sinopsis:
La familia Bennet está constituida por el señor y la señora Bennet, y sus cinco hijas mujeres; Jane, Lizzy, Mary, Kitty y Lydia. Su situación económica se ve comprometida al estar vinculada su hacienda de Longbourn a un pariente lejano del señor Bennet a falta de heredero varón. La muerte del padre de las jóvenes las desproveerá de la mayor parte de sus ingresos, además de dejarlas en la calle. El futuro heredero de Longbourn es el señor Collins, clérigo eclesiástico de Hunsford (condado de Kent) gracias a la decisión de Lady Catalina de Bourgh, su benefactora. La única solución posible para escapar al destino oscuro que espera a la señora Bennet y a sus hijas es que éstas contraigan matrimonio para procurarse los medios necesarios para subsistir.
Un atisbo de esperanza alivia a la madre de las muchachas cuando en el condado de Hertford se conoce la noticia que la mansión de Netherfield Park ha sido alquilada por un joven llamado Charles Bingley, quien es dueño de una fortuna de cinco mil libras anuales. Su llegada es esperada de un momento a otro.
Impulsado por la insistencia de su mujer, el señor Bennet visita al señor Bingley cuando éste ya se encuentra instalado en Netherfield Park. Unos días más tarde, Bingley devuelve la visita a su vecino pero no tiene ocasión de conocer a sus hijas. Las jóvenes, al igual que la señora Bennet, quedan decepcionadas por éste último percance pero las consuela saber que tendrán la oportunidad de serles presentadas durante el próximo baile que se celebrará en la localidad dentro de unas pocas semanas.
La velada en cuestión por fin llega. Todas las señoritas del condado suspiran ante la perspectiva de despertar la admiración del caballero. Al verlo entrar al salón, comprueban con agrado que se trata de un joven muy apuesto, alegre, de maneras sencillas y con una figura esbelta. También se percatan, enseguida, de que no ha venido solo. El señor Bingley ha asistido en compañía de dos de sus hermanas, el marido de una de éstas, y su íntimo amigo, el señor Fiztwilliam Darcy. Éste último genera asombro entre la concurrencia. Su porte y elegancia son superiores a los de Bingley. Además, un detalle, no menor, viene a aumentar el interés en su persona; el susodicho goza de una renta anual de diez mil libras. Sin embargo, para el momento en que la velada llega a su fin, el señor Darcy ha conseguido perder la consideración de aquellos con quienes ha intercambiado unas pocas palabras. Su soberbia y su desdén por los sentimientos ajenos han revelado que se trata de un ser despreciable. Lizzy Bennet es la primera en obstinarse en odiarlo. El señor Darcy, en cambio, en lo que a ella se refiere, no tardará en reparar en su belleza y cualidades, y en sentir una profunda inclinación amorosa por la segunda hermana mayor de la familia Bennet.
Bingley, por su parte, se enamora de Jane esa misma noche. La belleza de ésta es inigualable, y su carácter es por naturaleza dulce, atento, e indulgente. La señora Bennet observa complacida las atenciones que Bingley dispensa a su hija, y por ello procura que pasen el mayor tiempo posible juntos. Sin embargo, la señorita Bingley y la señora Hurst (las dos hermanas que han asistido con él al baile) no ven con buenos ojos el acercamiento de su hermano a una joven de clase social inferior y de escasa fortuna; sin mencionar la vergüenza ajena que les genera el comportamiento inapropiado y excéntrico de sus familiares.
Mientras Lizzy mantiene constantes altercados con Darcy, a la vez que éste procura ganarse su confianza, y Bingley disfruta de las tertulias que le permiten estar cerca de Jane, en el poblado de Meryton se instala un regimiento de la milicia con la intención de pasar allí los próximos meses. Entre sus oficiales se encuentra un joven que se destaca por su atractivo; el señor George Wickham. Éste resulta ser un viejo conocido de Darcy con el cual se crió y compartió sus primeros años de juventud. Wickham reparará, al igual que aquel, en el atractivo de Lizzy y le confiará a la joven sus secretos más íntimos al revelarle las supuestas penurias por las cuales Darcy lo ha hecho pasar.
Tanto Jane como Lizzy, se ven, respectivamente, separadas de Bingley y Darcy, cuando estos regresan a Londres para pasar el invierno. No obstante, las dos hermanas también se alejan del condado de Hertford por un tiempo. Jane, va a pasar unos meses junto a sus tíos, el señor y la señora Gardiner, en la capital londinense, albergando la esperanza de encontrar allí a Bingley. Lizzy, en cambio, se dirige al condado de Kent para visitar a su amiga Carlota luego de la boda de ésta con Collins. Allí, para su sorpresa, Lizzy encuentra a Darcy para la época de pascuas. La presencia de éste en el condado de Kent tendría como propósito pasar unas semanas junto a su tía, la ya mencionada Lady Catalina de Bourgh.
Dos meses más tarde, Lizzy y Jane, de regreso en Longbourn, distanciadas otra vez de sus enamorados, tratan, cada una por su parte, de superar sus penas. Lizzy, sin embargo, se traslada poco después junto a sus tíos, los Gardiner, hacia el condado de Derby. Una excursión hacia los terrenos de Pemberley la acerca, por segunda vez, a la persona que más detesta y por la cual es intensamente amada. Entre tanto, en Brighton, la menor de sus hermanas, Lydia, quien se habría trasladado allí por una invitación de la esposa del coronel del regimiento de Meryton, se verá presa de la perfidia de Wickham.
Personajes masculinos:
·Fiztwilliam Darcy:
Por su temperamento reservado, su trato resulta seco y poco cortés a aquellas personas que le son presentadas por primera vez. Preferir la soledad a las reuniones bulliciosas.
Fue hijo único hasta los doce años de edad. Contó con padres amorosos quienes le proporcionaron una educación de excelencia y le inculcaron valores éticos y morales. No obstante, se lo alentó a ser egoísta y vanidoso en virtud de su origen social y de sus cualidades personales. Esto no le impidió atender los intereses de su familia con bondad, y procurar el bienestar de su círculo más íntimo fuera de sus lazos sanguíneos.
A) Relación con Jorgina Darcy:
Su hermana ha quedado bajo la tutela de su primo, el coronel Fiztwilliam, y la suya luego de la muerte de su padre. Su afecto por ella es indiscutible y se puede percibir en las pequeñas atenciones que tiene para procurarle cualquier alegría posible.
B) Relación con Carolina Bingley:
El trato que le dispensa es meramente de cortesía en atención a su amigo Charles Bingley. Poco le interesa la atención de ésta aunque no le queda más remedio que aceptar su compañía en varias ocasiones.
C) Relación con Lizzy Bennet:
Los sentimientos que ésta le inspiran se vuelven profundos durante su estadía en el condado de Hertford. Las pícaras observaciones con que la joven replica a sus preguntas, lejos de alejarlo de esta, lo incentivan a conocerla mejor y aumentan su interés por ella.
·Charles Bingley:
Es aficionado al baile y disfruta a tal grado de hablar con todo aquel que se cruza en su camino que si fuese por él su círculo de allegados sería mucho más numeroso de lo que ya lo es. En concordancia con esto, resulta tan grata su compañía y su conversación que suele ganarse el afecto de los demás con gran facilidad. No obstante, su modestia lo llevan a dudar de sí mismo y a someter su juicio constantemente al de Darcy, especialmente en asuntos delicados como el amor. Una vez instalado en Londres, decide no regresar a Netherfield Park y olvidar sus previos deseos de contraer matrimonio con Jane persuadido de la indiferencia de ésta por las observaciones realizadas por su amigo.
·George Wickham:
Hijo del último mayordomo del difunto señor Darcy, vivió sus primeros años bajo la tutela de éste. Se le costearon sus estudios iniciales y luego los de nivel superior realizados en Cambridge. En el testamento del difunto señor Darcy se dejó asentada, en carácter condicional, la concesión a su persona del beneficio eclesiástico de la familia cuando éste quedase vacante. Wickham optó por no seguir la carrera eclesiástica y pidió a cambio, en compensación, una suma de tres mil libras esterlinas para estudiar leyes. Wickham desapareció luego del condado de Derby y se instaló en Londres donde llevó una vida libertina y contrajo numerosas deudas. Al cabo de unos años, completamente en la ruina, Wickham escribió a Darcy al enterarse que el beneficio eclesiástico que se le había destinado estaba disponible y solicitó que se le otorgase el cargo. Darcy se negó a sus ruegos y la comunicación entre ellos cesó por completo.
Por aquel entonces Jorgina Darcy había concluido su formación en la institución a la cual había ingresado cuando su padre todavía vivía. Se decidió que ésta pasaría el verano en la localidad de Ramgaste, al oeste del condado de Kent, bajo los cuidados de su institutriz, la señora Younge. Wickham, se presentó inesperadamente en la casa en la que se hospedaba Jorgina y con la ayuda de la señora Younge, la sedujo y la convenció de que se dejara raptar para contraer matrimonio. Por suerte, Darcy se presentó allí unos días antes de que se marcharan y Jorgina confesó todo a su hermano. Darcy escribió a Wickham quien inmediatamente abandonó Ramgaste.
·William Collins:
Sufrió durante su juventud los malos tratos de su padre; en consecuencia, su humildad y servilismo a su benefactora, Lady Catalina de Bourgh, son el eco de ese temor infantil ante cualquier grado de autoridad. A su vez, el obtener el cargo de clérigo, con el debido respeto que esta ocupación le despierta, le hizo creer que poseía facultades mentales de las cuales siempre ha carecido.
Por orden de Lady Catalina de Bourgh, se vio en el aprieto de buscar un mujer con la cual contraer matrimonio. Desesperado, aunque seguro de su éxito, decidió elegir como esposa a una de las hijas del señor Bennet. Al entrar en Longbourn fijó su atención en Jane, cautivado, como solía suceder a varios caballeros, por su belleza. Pero al enterarse de que ésta probablemente recibiría en breve una propuesta matrimonial de otro hombre, se decidió por Lizzy. No obstante, el afecto que inmediatamente creyó sentir por la joven no sería correspondido por lo que sufriría una grave decepción que sólo sería atenuada, en parte, por la creencia de que nada en su carácter podía motivar que ninguna mujer lo rechazase. Afortunadamente, Carlota Lucas lo atraería hacia ella con la intención de seducirlo para que la tuviese en cuenta para realizar una segunda declaración amorosa. Pocos días después del rechazo de Lizzy, Collins estaría comprometido con su mejor amiga.
·El señor Bennet:
Atraído por la hermosura de su esposa cuando aún no eran ni siquiera novios, terminó contrayendo matrimonio con una mujer sin inteligencia alguna y que ya sufría, por aquel entonces, de constantes crisis nerviosas por asuntos de poca enjundia. Bennet, rápidamente comprendió su error, y encontró consuelo en la lectura, y en el estudio de las personalidades de sus vecinos y de algunos de sus propios familiares; esto último se convirtió en su fuente inagotable de diversión. Por ello, se burla de la estupidez de su esposa, y la de sus hijas menores, sin reparo alguno, lo que lo llevaba a desenvolverse con un comportamiento excéntrico que fuera de la intimidad de su hogar puede ser mal interpretado y terminar humillando a sus hijas mayores. No obstante, es uno de los miembros de la familia Bennet que más centrado está en la realidad y que distingue con exactitud el carácter y las intenciones de las personas con tan solo intercambiar con ellas unas palabras.
·Coronel Fiztwilliam:
Primo de Darcy, aparece en escena cuando ambos llegan a Rosings a visitar a su tía Lady Catalina de Bourgh. No posee una figura esbelta como su primo, pero sus modales dejan entrever que se trata de una persona distinguida. Más a su favor, se desenvuelve en las conversaciones con una desenvoltura de la cual carece Darcy y que lo hacen parecer más educado que éste. El coronel fija su atención en Lizzy por lo agradable de su trato, pero sus sentimientos no llegan a adoptar un tono romántico.
·El señor Hurst:
Cuñado de Bingley, su pasión por los juegos de naipes es indudable, al punto tal que desprecia cualquier otra actividad, como podría ser la lectura, y prefiere, a falta de este entretenimiento cuando se le es negado, reclinarse en un sofá y dormir mientras los demás se dedican a conversar. Su estadía en Netherfield Park es tan breve como la del resto de los invitados que Bingley ha decidido hospedar. Al regresar éste último a Londres, se traslada junto con los demás a la ciudad.
·Sir William Lucas:
Íntimo amigo de los Bennet, consiguió hacer fortuna, tiempo atrás, trabajando como comerciante en Meryton. Fue alcalde de dicha población y dirigió un discurso al rey por el cual le otorgaron su título de caballero. Una vez alcanzado este grado de distinción, decidió abandonar la actividad mercantil y trasladarse al condado de Hertford. Es un hombre afable que se complace en ser atento con todos y en ofrecer su ayuda si es necesaria. Su rasgo más peculiar es una inclinación, un poco afectada, a comportarse como un miembro de la nobleza. No obstante, es considerado un hombre sencillo más allá de sus rarezas.
·Edward Gardiner:
Es uno de los hermanos de la señora Bennet, propietario de una industria en Londres que le proporciona un buen vivir. Es un hombre inteligente, culto y muy cortés; al contrario de su hermana. Marido y padre afectuoso, siempre procuró estar presente en la vida de sus sobrinas a las cuales adora; especialmente a Jane y a Lizzy, a quienes suele invitar con frecuencia a su hogar.
Personajes femeninos:
·Lizzy Bennet:
Al igual que su padre, encuentra placer en analizar el carácter de las personas que la rodean aunque es mucho más cuidadosa que aquel a la hora de exponer sus observaciones ante un auditorio. Su intuición, por lo general, no le permite engañarse con respecto a la verdadera naturaleza de un individuo. Por otro lado, es una joven jovial, y, también como su padre, se divierte en hacer ingeniosas bromas a sus hermanas y allegados.
Por temperamento suele ser dura a la hora de juzgar a alguien por sus actos si estos han sido la causa del dolor de un ser querido. Las ofensas contra su familia, o contra ella misma, no suelen ser perdonadas; mucho menos olvidadas.
A) Relación con Darcy:
El rechazo por parte de éste en el primer baile celebrado tras la llegada de Bingley hirió su orgullo de una manera tan profunda que no pudo evitar, de ahí en más, aprovechar cada oportunidad que se le presentase para torturar al caballero con sus constantes burlas. Este comportamiento se convirtió en una costumbre con la cual procuraba entretenerse más que injuriar al pobre Darcy (a pesar de los propios dichos de la joven al respecto de esta cuestión). Cierto es que Darcy se desenvolvió en su primer encuentro social en el condado de Hertford con una descortesía imperdonable. Sin embargo, exceptuando este episodio, casi siempre se mostró interesado en ella de una forma peculiar, actitud que no podía pasar desapercibida para la muchacha ni mucho menos ocasionarle disgusto alguno teniendo en cuenta la dificultad de Darcy para expresar sus sentimientos.
B) Relación con Wickham:
En la primer velada en la cual Lizzy tiene la ocasión de dedicarse a estudiar con mayor detenimiento la conducta de Wickham, éste le revela algunas cuestiones íntimas en las que Darcy ha estado involucrado. Estos detalles despiertan la curiosidad de Lizzy quien comienza a albergar un sentimiento de piedad por su nueva amistad al enterarse de su desgraciada suerte. Wickham, en cambio, procura despertar otros sentimientos en su corazón pero existen serios inconvenientes para una posible unión entre ambos. Lizzy, al tanto de esto, decide dejar de frecuentar a Wickham para evitar un matrimonio que no beneficiaría a ninguno de los dos; pero antes de llevar a cabo su cometido es testigo de cómo Wickham comienza a hacerle la corte a otra joven que pronto heredará una interesante fortuna.
C) Relación con el coronel Fiztwilliam:
Ante los ojos de Lizzy, es un hombre encantador, no solo por su educación sino por su forma de socializar. Además, es apuesto, cualidad que a ninguna dama desagrada. Unas tres semanas es el escaso tiempo que comparten en el condado de Kent en compañía de varios conocidos en común, y ese tiempo basta para que Lizzy lo considere en forma romántica. Sin embargo, el coronel Fiztwilliam no puede permanecer más tiempo en la localidad para desarrollar sentimientos profundos por Lizzy.
·Jane Bennet:
Sus sentimientos son tan puros e inocentes que su modo de sentir se traduce en su modo de pensar; le es casi imposible creer que alguien pueda actuar de una forma inapropiada e inmoral con premeditación, a menos que haya pruebas contundentes que delaten una conducta semejante. Éste es el gran defecto de Jane.
Su carácter la induce a ser atenta y solícita con sus padres y sus hermanas, así como con sus amistades.
Los encantos de Jane han logrado, en más de una ocasión, atraer a varios hombres pero sólo Bingley ha sido sincero y constante en cuanto a sus intenciones. Por su parte, ella nunca se ha enamorado de ningún caballero hasta que le conoció a él. Sin embargo, Jane se muestra demasiado reservada; sus manifestaciones de afecto por Bingley son sutiles, y esto permite creer a los demás que las atenciones que éste le dispensa le son indiferentes.
·Carolina Bingley:
La hipocresía y la arrogancia caracterizan a ésta mujer. No obstante, suele mostrarse agradable cuándo y dónde le conviene. Ante personas de un rango social inferior al suyo suele no tomarse la molestia de parecer cortés.
Darcy representa su ideal de hombre. Fantasea secretamente con despertar su amor, pero sus planes de lograr una unión tan deseada se frustran al percatarse del interés que éste muestra por Lizzy. Por fortuna, la familia de ésta última es, a juicio de varios, tan vulgar y carente de toda educación, que no le es difícil idear distintos argumentos para conseguir que Darcy desista de pretender el amor de aquella joven.
·La señora Hurst:
Hermana de Carolina y de Charles Bingley, ostenta el mismo carácter que la primera. Pero al estar casada con un hombre de igual fortuna que la suya, no tiene la necesidad que tiene su hermana de actuar con amabilidad para agradar a los demás. Aún así, la señora Hurst, suele fingir cordialidad y buen humor para no menoscabar su reputación con su verdadera personalidad, a pesar de no obtener ningún beneficio con ello ante personas tan poco distinguidas como las que habitan el condado de Hertford.
·La señora Bennet:
Dueña de una hermosura algo marchita por los años, pero aún notable, su único encanto sigue siendo ese. Predominaban en ella la estupidez y una inclinación a sufrir ataques de nervios. Su mayor anhelo es casar a sus cinco hijas que, de lo contrario, trás la muerte de su padre, se verán sumidas en la pobreza. Los hombres que procuren desposar a cualquiera de sus hijas deben, no obstante, cumplir ciertos requisitos, según su criterio: ser dueños de una extraordinaria fortuna, y ser apuestos; y de preferencia, aunque sin ser una condición excluyente, de cuna noble. Su grado de instrucción es irrelevante, al igual que sus modales.
·La señora Philips:
Es hermana de la señora Bennet. Al igual que ésta, su escasa capacidad de razonar no le permiten guardar el comportamiento más adecuado. Sus dos sobrinas preferidas son Kitty y Lydia, a las cuales incentiva para que sean tan alocadas e imprudentes como ella. El día a día de la señora Philips se nutre de los chimes y de los escándalos que llegan a sus oídos, los cuáles luego relata con gran alegría a Kitty y a Lydia quienes comparten su entusiasmo por temas tan insustanciales.
Siendo su esposo procurador en Meryton, la señora Philips es la primera en enterarse de la llegada del regimiento de la milicia. Fascinada desde su infancia, al igual que la señora Bennet, por los hombres en uniforme militar, interactúa de inmediato con los jóvenes oficiales invitándolos a cenar varias veces en su casa.
·Lydia Bennet:
La menor de las hermanas Bennet. Es descarada, imprudente y caprichosa. Se siente profundamente atraída por los oficiales vestidos de uniforme rojo como en su juventud se sintieron atraídas su madre y su tía. Su comportamiento la pone en ridículo y ocasiona grandes perjuicios morales a su familia.
·Kitty Bennet:
Dos años mayor que Lydia, comparte con ésta su fascinación por verse rodeada de los oficiales. La docilidad de su temperamento, y la necesidad de despertar admiración la impulsan a seguir los pasos de su hermana; sin embargo, su carácter no es irreflexivo como el de aquella y es posible inducirla a entrar en razón y a comportarse de manera adecuada.
·Mary Bennet:
Es la menos bella de las hermanas Bennet. Constante objeto de comparación con respecto a éstas por parte de sus vecinos, Mary se esfuerza en profundizar sus estudios de piano, canto, y sus nociones sobre literatura para suplir la falta de encanto que proporcionan sus facciones.
·Carlota Lucas:
Hija de Sir Williams Lucas, e íntima amiga de Lizzy. Su mayor interés es casarse para tener su propio hogar. Sus posibilidades de contraer matrimonio son escasas pues es considerado que una mujer de veintisiete años de edad ya debería haber encontrado un hombre dispuesto a desposarla. Sufriendo, mientras tanto, Collins la presión de Lady Catalina de Bourgh para comprometerse de inmediato con una joven de buena familia, Carlota, tan observadora y analítica como Lizzy, aprovecha a su favor la situación y se convierte en poco tiempo en la próxima heredera de Longbourn.
·Lady Lucas:
Esposa de Sir Williams Lucas y madre de Carlota Lucas. Mantiene un estrecho vínculo con la señora Bennet en calidad de vecina. Posee una mentalidad más centrada que ésta aunque no desprovista de una tendencia a la superficialidad.
·La señora Gardiner:
Es cuñada de la señora Bennet. Al igual que su marido, tiene amplios conocimientos de culta general, es amable y prudente, y a esto se suma su elegancia. También guarda especial cariño a Jane y a Lizzy por ser las dos sobrinas con las que mayor tiempo ha pasado; además, de las cinco hijas del matrimonio Bennet, Jane y Lizzy resultan ser las más educadas y con un temperamento más afín al suyo. La señora Gardiner, por ello, se preocupa en gran medida por las jóvenes, y se apresura a socorrerlas cuando algún percance las aqueja.
·Lady Catalina de Bourgh:
Altanera y arrogante, aparece en la segunda mitad de la novela desempeñándose como la tía de Darcy y la benefactora de Collins. Sus rasgos faciales no dan lugar a engaño, ha sido una mujer bella en el pasado. Su maneras son refinadas pero poco afables; sus palabras están destinadas a ostentar su alta alcurnia. Sus caprichos han de ser satisfechos, pues posee los medios para perjudicar a quienes se nieguen a cumplir con su voluntad. Es impertinente, y descortés; no obstante, sus defectos quedan camuflados por la opulencia con la que agasaja a sus invitados.
·La señorita de Bourgh:
Hija de Lady Catalina de Bourgh, y prometida de Darcy desde su nacimiento por voluntad de las madres de ambos. De facciones ordinarias, no guarda parecido alguno con su progenitora. Su aspecto es pálido y enfermizo; su conversación es pobre, y su carácter es apocado y sumiso.
·Jorgina Darcy:
Hermana menor de Darcy, sobrina de Lady Catalina de Bourgh, y prima de la señorita de Bourgh. Tras la muerte de su padre, el coronel Fitzwilliam y su hermano se convirtieron en sus tutores legales. Es una joven alta, esbelta; de maneras agradables y sencillas; carácter dulce, humilde y tímido. Su afecto y respeto por su hermano equivale casi al que una joven podría tener a un padre. Lizzy se convierte para ella en una compañía muy apreciada cuando tiene la oportunidad de pasar tiempo con esta última.
Concepto del matrimonio:
Personajes | Razones para contraer matrimonio | ||
Por afecto | Por interés | Se desconoce | |
Lizzy Bennet | X | – | |
Jane Bennet | X | – | |
Lydia Bennet | X | ||
Señor Bennet | X | ||
Señora Bennet | X | ||
Señora Philips | X | ||
Kitty Bennet | X | ||
Mary Bennet | X | ||
Lady Lucas | X | ||
Sir William Lucas | X | ||
Carlota Lucas | X | ||
Bingley | X | ||
Carolina Bingley* | X | X | |
Señora Hurst | X | ||
Darcy | X | ||
Collins | X | ||
Wickham | X | ||
Coronel Fitzwilliam* | X | X | |
Señor Gardiner* | X | X | |
Señora Gardiner* | X | X | |
Lady Catalina de Bourgh | X | ||
La señorita Bourgh | X | ||
Jorgina Darcy | X |
*Estos personajes se mueven por ambos motivos. El amor para ellos es un factor importante, pero probablemente no elegirían como cónyuge a alguien cuya situación económica fuese inferior a la suya por uno de los siguientes motivos:
a) Posibles complicaciones a futuro para la administración de los bienes familiares (que resultarían escasos si sólo se contase con una fortuna moderada por parte de uno de los integrantes de la pareja).
b) Censura por parte del entorno cercano de aquel que fuese dueño de una gran riqueza en contraste con la falta de medios para subsistir del consorte de la persona en cuestión.
~Carlota Lucas~
La dicha de un matrimonio está siempre en manos de la suerte. La circunstancia de que los interesados se conozcan bien no presupone necesariamente que vayan a ser felices. Más tarde se descubrirá la diferencia real de temperamentos y llegarán los disgustos. Por eso, lo mejor, es conocer lo menos posible los defectos de la persona con la que se ha de pasar la vida.
(Orgullo y Prejuicio; Ediciones Gradifco, año 2008; página 34).
~Diálogo entre el coronel Firzwilliam y Lizzy~
-Le gusta mucho satisfacer sus caprichos -repuso el coronel Fitzwilliam-, pero algo de eso nos ocurre a todos. La diferencia que hay en su caso es que él tiene más medios para conseguirlo que muchos otros, por el hecho de que es rico. Digo esto por experiencia. Un hijo menor, como yo, debe acostumbrarse al sacrificio y a la sujeción.
(Orgullo y Prejuicio; Ediciones Gradifco, año 2008; página 160).
-En mi opinión, el hijo menor de un conde no debe pasarlo tan mal como asegura usted. Ahora, hablando en serio, dígame, ¿qué clase de sacrificios y sujeciones ha conocido? ¿De verdad que se ha visto privado de ir a donde le pareciera bien o de procurarse algún gusto por falta de dinero?
-Éstas son cuestiones muy íntimas, pero tal vez pueda reconocer que no he tenido que superar muchas dificultades de esta naturaleza. Sin embargo, puede sucederme esto en asuntos de mayor importancia; por ejemplo, los hijos menores no pueden casarse cuando quieren.
-A no ser que tengan la oportunidad para elegir una mujer de buena posición, que es lo que creo que suelen hacer.
-Estamos acostumbrados a gastar mucho y esto nos hace demasiado dependientes; por tal causa no creo que existan muchos hombres en mi situación que puedan pensar en casarse sin tener un poco en cuenta el dinero.
~Fitzwilliam Darcy~
… Pero es muy posible -añadió, deteniéndose y mirándola de frente- que todas esas ofensas no hubiesen contado para usted si su orgullo no se hubiera sentido herido por la honrada confesión que acabo de hacerle de los escrúpulos que durante todo este tiempo me impidieron manifestarle mis sentimientos(…) ¿Podría usted acaso esperar que me alegrara de que sus parientes sean de clase inferior o de la perspectiva de unirme a una familia de condición social más baja que la mía?
(Orgullo y Prejuicio; Ediciones Gradifco, año 2008; páginas 167 y 168).
~Lady Catalina de Bourgh~
… Mi hija y mi sobrino han nacido el uno para el otro. Por línea materna descienden del mismo noble linaje, y por parte de los padres, de respetabilísimas y honorables familias, aunque carezcan de título nobiliario. La fortuna de una y de otra rama es espléndida. Están destinados al matrimonio por el voto de todos los miembros de sus respectivas casas… ¿Y qué es lo que puede separarlos? ¿Las pretensiones presuntuosas de una intrusa, de una joven de familia vulgar, sin relaciones ni fortuna? ¿Se puede tolerar esto? ¡De ninguna manera! Si usted comprendiese bien lo que le conviene, no pretendería salir de la esfera en que se ha criado.
(Orgullo y Prejuicio; Ediciones Gradifco, año 2008; página 291).
~El señor Bennet~
-Lizzy -manifestó el señor Bennet-, le he dado mi consentimiento(…) Ahora te lo doy a ti también si estás resulta a contraer matrimonio con él. Pero permíteme aconsejarte que lo pienses bien. Conozco tu temperamento, Lizzy, y sé que, a no ser que lo quieras de verdad, no podrás ser dichosa. Pero tu inteligente vivacidad te expondrá a riesgos difíciles en el caso de un matrimonio desigual. Te resultaría complicadísimo librarte del padecimiento y de la deshonra. Lizzy, no me pongas en el trance doloroso de verte incapaz de respetar al compañero de toda tu vida.
(Orgullo y Prejuicio; Ediciones Gradifco, año 2008; páginas 308 y 309).
Desprecio por parte de la clase social alta hacia la clases media y baja:
Personajes | Clase Alta | Clase media o baja |
Señor y señora Bennet; hermanas Bennet (Lizzy, Jane, Mary, Kitty y Lydia) | X | |
Sir Williams Lucas, Lady Lucas, y Carlota Lucas | X | |
Señora Philips | X | |
Charles Bingley, Carolina Bingley*, señora Hurst* | X | |
Fitzwilliam Darcy*, y Jorgina Darcy | X | |
Coronel Fitzwilliam | X | |
George Wickham | X | |
William Collins | X | |
Señor y señora Gardiner | X | |
Lady Catalina de Bourgh*, y señorita Bourgh | X |
*Los personajes señalados son aquellos que hacen comentarios despectivos sobre los habitantes del condado de Hertford.
~Diálogo entre Fitzwilliam Darcy y Charles Bingley ~
-… Conoces mi aversión a esta clase de reuniones y sabes que no me gusta bailar con ninguna mujer a la que no conozca particularmente. Hoy esto me resulta imposible. Tus hermanas están comprometidas y me parecería un castigo tener que bailar con cualquier otra de las mujeres que hay en la sala.
(Orgullo y Prejuicio; Ediciones Gradifco, año 2008; página 24).
-Ni por un imperio me portaría yo con ese desdén. Te aseguro que en mi vida había encontrado muchachas tan agradables como las que hoy se encuentran presentes y entre ellas hay algunas extraordinariamente bonitas.
-Parece que ya has acaparado para ti a la única chica verdaderamente bella que hay en el salón -afirmó el señor Darcy, dirigiendo la mirada a la mayor de las hermanas Bennet.
-Ciertamente es la criatura más hermosa que han visto mis ojos. Pero tiene una hermana, que está sentada detrás de ti, que también es muy bonita, e incluso me atrevo a afirmar que también es agradable. Si esperas un segundo, iré a pedir a mi pareja que te la presente.
-¿A quién te refieres? -preguntó Darcy. Se volvió y pasó un momento contemplando a Lizzy, hasta que al encontrarse sus miradas se dirigió nuevamente a Bingley y prosiguió, con indiferencia-: Puede pasar, pero su hermosura no es algo que pueda tentarme y, por otra parte, no tengo intención de conceder importancia a muchachas que desechan otros hombres.
~Carolina Bingley~
-¡Qué fea estaba Lizzy Bennet esta mañana, Darcy! -exclamó-. Nunca he apreciado un cambio tan grande como el que se ha producido en ella desde el invierno pasado. ¿Se ha fijado usted en lo morena y vulgar que se ha vuelto? Luisa y yo estábamos diciendo que no la hubiéramos reconocido (…) Jamás he apreciado en ella ninguna belleza. Tiene una cara excesivamente delgada, un cutis muy poco fino y unas facciones ordinarias. A su nariz le falta carácter y nada resalta en su perfil. Su dentadura es una cosa corriente y no acierto a comprender cómo es posible que haya personas que digan que sus ojos son hermosos, yo no veo que tengan nada de extraordinario. Su mirada es sarcástica y pícara; no me gusta. Y hay una pretensión muy poco distinguida en todo su continente y en su forma de andar que resulta intolerable (…) Aún recuerdo la extrañeza que nos produjo a todos, la primera vez que la vimos en el condado de Hertford, el hecho de que se la considerara como una belleza, y viene particularmente a mi memoria una frase que pronunció usted cierta noche, después de haber comido ellos en Netherfield: ¡Esa joven, una belleza…! Antes consideraría que su madre es una lumbrera.
(Orgullo y Prejuicio; Ediciones Gradifco, año 2008; páginas 222 y 223).
Toques de comedia:
A través de… | ||
… el sarcasmo | … lo ridículo y lo grotesto | … la seriedad |
Señor Bennet, Lizzy Bennet | Señora Bennet, William Collins, Lady Catalina de Bourgh | Darcy |
~Diálogo entre elseñor Bennet y la señora Bennet~ El sarcasmo
-Por su manera de expresarse puedo deducir que son las chicas más bobas del país. Lo venía sospechando desde hace tiempo, pero ahora puedo afirmarlo categóricamente.
(Orgullo y Prejuicio; Ediciones Gradifco, año 2008; página 39).
Kitty quedó desconcertada y guardó silencio, pero Lydia continuó hablando con absoluta indiferencia de su admiración por el capitán Carter y de sus esperanzas de verlo aquel mismo día, puesto que por la mañana siguiente tenía que marcharse a Londres.
-Me asombra, querido -dijo la señora Bennet-, tu inclinación a considerar que tus hijas son estúpidas. Si alguna vez se me ocurriese juzgar ridículamente a los hijos de alguien, no sería a los míos.
-Si mis hijas son estúpidas, lo menos que puedo hacer es reconocerlo.
-Sí…, pero no me negarás que todas son muy inteligentes.
-Lo lamento, pero no estoy de acuerdo contigo en eso. Y mantengo mi punto de vista hasta el extremo de afirmar de nuevo que, al menos las dos pequeñas, están del todo chifladas.
~Diálogo entre la señora Bennet y Bingley~ Lo ridículo y lo grotesco
-… Yo, señor Bingley, procuro siempre disponer de sirvientas que conozcan bien sus obligaciones. A mis hijas les he dado una educación muy distiguida. Pero cada cual juzga las cosas a su antojo. A pesar de todo, las hijas de Sir William son unas chicas excelentes. ¡Lástima que no sean bonitas! Corlota, por ejemplo, lo es muy poco, lo cual no impide que sea muy buena amiga nuestra.
(Orgullo y Prejuicio; Ediciones Gradifco, año 2008; página 52).
-Parece una joven muy agradable -observó Bingle.
-¡Oh, sí, querido! Sin embargo deberá usted reconocer que es muy fea. Su misma madre me lo ha dicho algunas veces y hasta me ha reconocido que envidia la belleza de Jane.
~Diálogo entre Lady Catalina de Bourgh y sus invitados~ Lo ridículo y grotesco
-¿Qué está diciendo a la señorita Bennet, Fitzwilliam? ¿De qué están hablando? Déjenme oír de qué se trata.
(Orgullo y Prejuicio; Ediciones Gradifco, año 2008; página 152).
-Hablamos de música -dijo él cuando comprendió que no podía evitar la respuesta.
-¿De música? Entonces hágame el favor de hablar en voz alta. No hay tema que me guste más. Si hablan de música, déjenme intervenir en la conversación. Creo que en Inglaterra hay pocas personas que disfruten tanto como yo con la música y que tengan mi predisposición natural para sentirla(…) Nunca se ejercita uno lo suficiente(…) Como la señora Collins no tiene piano en su casa, ya le he indicado que puede acercarse a Rosings cuando lo desee y utilizar el que hay en la habitación de la señora Jenkinson. En aquella parte de la casa no molestará a nadie, ¿comprende usted? -terminó, dirigiéndose a Carlota.
~Diálogo entre Darcy y Carolina Bingley~ La seriedad
-¡Cuánto se alegrará la señorita Darcy al recibir una carta como ésta!
(Orgullo y Prejuicio; Ediciones Gradifco, año 2008; página 54).
Él no contestó.
-Escribe usted a una velocidad poco común.
-Se equivoca; más bien escribo despacio.
-¡Cuántas cartas debe de tener ocasión de escribir a lo largo del año! ¡En especial cartas de negocios! ¡Esas sí que las encuentro odiosas!
-Entonces es una suerte que sea yo quien tenga que escribirlas y no usted.
-Tenga la bondad de decir a su hermana que me muero de deseos de verla.
-Ya se lo he dicho una vez por indicación de usted.
-Sufro pensando que no le guste a usted la pluma con que está escribiendo. Permítame que se la corte. Yo sé cortar las plumas muy bien.
-Gracias, yo siempre corto las mías.
-¿Cómo consigue usted escribir con tanta simetría?
Darcy guardó silencio.
-Haga usted saber a su hermana que celebro mucho sus progresos en el arpa y añada, por favor, que estoy entusiasmada con su bonito dibujo para mesa, que encuentro muy superior al de la señorita Grantley.
-¿Querría usted tener la bondad de reservar su entusiasmo para otra ocasión? Ya no puedo agregar nada, no queda espacio en el papel.
Jane Austen: Influencia de su vida personal sobre su novela
Más allá de su obra literaria, poco más es conocido sobre Jane Austen. Su hermana Cassandra destruyó casi la totalidad de las cartas que tenía en su poder. Con ellas se perdieron detalles importantes sobre la vida privada de la autora. Se cree que la intención de Cassandra pudo haber sido resguardar la intimidad de Jane. Algunos biógrafos, no obstante, opinan que esta acción fue inducida por un odio creciente en Cassandra como consecuencia de un altercado que arruinó la relación de las hermanas. Aún así, algunos breves fragmentos de la correspondencia que mantuvieron han permanecido intactos, y los mismos, en conjunto con algunos testimonios de allegados a la familia, han sido el material con el cual los historiadores han podido dilucidar algunos aspectos de la vida de la escritora.
Hija de George Austen, párroco, y de Cassandra Leigh, Jane Austen nació un 16 de diciembre de 1775. Fue la séptima de ocho hermanos. Su familia tuvo casi siempre dificultades económicas las cuales se agravaron con la muerte del clérigo en 1805. Sin embargo, por un breve periodo de tiempo, tanto ella como Cassandra pudieron disfrutar de una educación privada. Ambas fueron enviadas a distintos internados de Oxford. Cuando la familia no pudo costear más los gastos para que sus hijas permanecieran en dichas instituciones, las jóvenes regresaron a su hogar y concluyeron su formación con las lecciones que les dio su padre.
En el seno familiar siempre hubo lugar para la literatura. Jane y sus hermanos fueron incentivados no sólo a leer cuanto libro quisieran de la biblioteca de su padre sino también a realizar representaciones teatrales. Esto marcó la mentalidad de Jane como escritora quien desde muy pequeña tomó la costumbre de escribir con la intención de entretener a su familia y realizar parodias con sus hermanos.
En 1796, a la edad de veinte años, Jane conoció a Tom Lefroy cuando éste fue a pasar unos meses con la rama de la familia que vivía en Hampshire. Algunos atribuyen a Tom Lefroy ciertas características que habrían inspirado el personaje de Darcy en «Orgullo y Prejuicio». Empero, no pareciera haber suficiente información sobre las maneras del joven, por aquel entonces, para establecer una similitud entre ambos. Lo que se sabe con certeza es que hubo un cierto coqueteo entre Tom y Jane, pero se desconoce hasta qué grado de profundidad llegó su relación. Algunas líneas escritas a Cassandra revelan que Jane se habría enamorado de Tom Lefroy y que habría sufrido su posterior alejamiento. También se llegó a conocer, gracias al testimonio de un sobrino de Lefroy, que éste, siendo un hombre mayor, habría confesado haber amado a Jane. Se presume que un posible compromiso entre ambos resultó imposible en su momento por la precaria situación económica tanto de uno como del otro.
Ésta no fue la única aventura romántica que la escritora vivió. En 1798, Samuel Blackall, estudiante de teología, llegó a Hampshire para pasar el verano. Curiosamente, se hospedó con los familiares de Lefroy. Blackall causó una impresión muy desagradable en Jane. Afortunadamente para nuestra autora, no tendría que volver a soportar la compañía del joven sino hasta 1802, cuando se encontrarían por pura casualidad en Devon. En esta ocasión las circunstancias serían distintas, y Jane desarrollaría un profundo amor por su viejo conocido. Sin embargo el romance no prosperaría, y Blackall terminaría contrayendo matrimonio con otra mujer en 1813.
También en 1802, Jane, con casi veintisiete años de edad, tuvo la suerte de recibir una propuesta matrimonial por parte de Harris Bigg-Wither, quien ofrecía a su favor una situación holgada que la hubiera librado de sus preocupaciones económicas. Esta oferta, si bien fue aceptada, fue luego declinada al día siguiente por la falta de sentimientos afectivos de Jane hacia Harris.
Jane Austen comenzó la redacción de «Orgullo y Prejucio» en 1796. Los años posteriores la novela fue sujeta a múltiples correcciones. En 1813 vio la luz al ser publicada por primera vez.
Similitudes entre realidad y ficción:
* Gardiner era el apellido de la madre de Lefroy.
Conclusión:
«Orgullo y Prejuicio» es una novela costumbrista con una estructura sobria. Los personajes tienen un temperamento fácil de comprender y los eventos se suceden unos a otros de forma lógica y previsible dentro del contexto que envuelve a los protagonistas. El atractivo de la obra no reside en su complejidad sino en el espejo que ofrece de la sociedad de la época y de sus actores. No se brinda al lector una descripción detallada de los salones donde tiene lugar la historia, ni tampoco de las facciones de los personajes, sino simples diálogos entre éstos con una connotación filosófica que revela al público los conflictos de fondo que experimentaba cada clase social. «Orgullo y Prejuicio» no es una novela imponente, pero representa un estudio sociológico pormenorizado de las costumbres y creencias en la Inglaterra del siglo XIX.
Referencias:
-Brian C. Southam, (4 de mayo de 1999). Jane Austen. Recuperado de https://www.britannica.com/biography/Jane-Austen
-Biography.com Editors. A&E Television Networks. Jane Austen Biography. Recuperado de https://www.biography.com/writer/jane-austen
– Daily Mail Reporter, (26 de mayo de 2009). The real-life Mr Darcy who broke Jane Austen’s heart during a summer romance was a clergyman. Recuperado de https://www.dailymail.co.uk/news/article-1187611/The-real-life-Mr-Darcy-broke-Jane-Austens-heart-summer-romance-clergyman.html
-Deborah Kennedy, (11 de noviembre de 2019). The Tragic Real-Life Story of Jane Austen. Recuperado de https://www.grunge.com/174474/the-tragic-real-life-story-of-jane-austen/
-Erin Blakemore, (18 de diciembre de 2017). Why Jane Austen never married. Recuperado de https://www.history.com/news/why-jane-austen-never-married#:~:text=She%20was%20supposed%20to%20be,wrote%20in%20an%201814%20letter
-Pride and Prejudice; Jane Austen Biography. Recuperado de https://www.cliffsnotes.com/literature/p/pride-and-prejudice/jane-austen-biography
-The Daily Beast. Jane Austen’s Mystery Suitor. Recuperado de https://www.thedailybeast.com/cheats/2009/05/25/jane-austens-mystery-suitor